Júpiter: Los Planetas de Gustav Holst (5)

Júpiter es el dios romano mayor, es Zeus griego romanizado. El Dios principal del panteón. Dios del cielo


Para la astrología, Júpiter lleva en su seno, generalmente, la alegría. Para los astrólogos antiguos era el planeta que confería bondad y magnanimidad; así, era propio de los hombres de ciencia, de los estudiosos y también de los jueces y magistrados estar bajo el influjo de Júpiter.

Es el quinto planeta del Sistema Solar. Forma parte de los denominados planetas exteriores o gaseosos. Recibe su nombre del dios romano Júpiter (Zeus en la mitología griega).
Se trata del planeta que ofrece un mayor brillo a lo largo del año dependiendo de su fase. Es, además, después del Sol, el mayor cuerpo celeste del Sistema Solar, con una masa casi dos veces y media la de los demás planetas juntos (con una masa 318 veces mayor que la de la Tierra y 3 veces mayor que la de Saturno).


Júpiter 4º movimiento de “Los Planetas. Suite para gran orquesta” Op.32, de Gustav Holst


Es la pieza central de la obra Los Planetas ocupando el cuarto lugar, central de las siete piezas tres antes, tres después. El tempo es “allegro giocoso”. Comienza directamente el tono de alegría. Que va aumentando. Como un ascenso progresivo al firmamento. Comienzan los violines, con notas muy cortas; se le suman el resto de las cuerdas,  las tubas, irrumpiendo casi de golpe toda la orquesta con la percusión. El viento metal, trompetas y trompas, Las flautas, El viento madera.

Tras una especie de diálogo entre los instrumentos alegres. Se inicia como un paseo alegre, que cambia a una especie de paso-danza majestuoso. Como un ascenso a lo alto de las nubes, nimbos, entre ellos brilla el sol. El firmamento es como el lugar simbólico de la presencia de Dios.

Podría ser la mañana de la resurrección. El sepulcro vacío. Los discípulos yendo a verlo corriendo, con paso rápido. Hay un paso más rápido que otro. Se oyen superpuestos (Jn20, 4). Unos compases con menos instrumentos que dialogan entre sí dan paso a una gran presencia. Simbolizada por la pieza dentro de la pieza. Como una entrada triunfal.

La parte central de Jupiter es un himno sencillo, que repite las notas, va como aumentando la alegría, a la vez que las notas suben. Empieza con un tono melancólico, nostálgico, para ser cada vez más una declaración de alegría. Ya no está con nosotros como le conocimos, pero está de un modo más grande.

Este himno pertenece a la más tradicional forma de himnos litúrgicos británicos. No fue compuesto con letra, sin embargo pronto descubrieron la belleza de esta pieza dentro del movimiento y algunos habían compuesto una letra patriótica. El propio Holst adaptó la composición orquestal al himno “I vow to thee my country”(http://en.wikipedia.org/wiki/I_Vow_to_Thee,_My_Country  http://anthem4england.co.uk/anthems/i-vow-to-thee-my-country/)


Sinceramente yo lo imagino cantado no por voces adultas, sino por voces blancas, como ángeles. 

Y no como un canto a una nación de este mundo, sino como un canto a la gloria de Dios. Así apunta la última estrofa del texto  “I vow to thee, my country”
And there's another country, I've heard of long ago,Most dear to them that love her, most great to them that know;We may not count her armies, we may not see her King; Her fortress is a faithful heart, her pride is suffering;And soul by soul and silently her shining bounds increase,And her ways are ways of gentleness, and all her paths are peace.

El himno podría repetirse sin fin…sin embargo, termina en un suave silencio, con un compás inacabado. Como un silencio de la comparecencia ante quien todo lo puede. Se reanuda, con un breve diálogo. Y continúa. Vuelve la orquesta, que envuelve el himno central, volviendo a al música del principio, pero más majestuosa. Lo dan las trompas y las notas de las cuerdas graves.

Vuelve la danza alegre, con percusión aún más majestuosa. Podría representar el salmo 150. La alegría del hombre vivo. Cristo resucitado.

Concluye con las cuerdas graves en legatto y el viento metal. Algunos hablan de la presencia de Dios como Tremendo y Fascinante. Es lo más alto del cielo, el firmamento ha pasado. Es el mundo visto desde su presencia gloriosa. El cielo abierto.

Y toda la orquesta en un acorde final. Que es como un gran Amén final.
Quizá se acompañe bien con la lectura de los últimos capítulos del Apocalipsis, 19 - 22

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